jueves, 25 de junio de 2015

IGUALDAD DE MUJERES Y HOMBRES EN EL EMPLEO

por R. Soza

Es notable el hecho desproporcionado de participación laboral masculina que se tenía en el siglo anterior, en donde el rol del varón en la familia era de proveer los recursos económicos, el hogar, el techo, los alimentos, la vestimenta, y demás gastos que se atribuían a él, quedando las labores domésticas, el cuidado de los hijos, la preparación de los alimentos, la limpieza del hogar y la ropa, a la mujer.

Este escenario era considerado normal hasta por las propias mujeres, quienes recomendaban a sus hijas dejar de lado la educación secundaria, universitaria, o incluso primaria, para aprender a ser una “buena esposa” hacendosa y complaciente.

Sin embargo, diferentes hechos a través de la historia permitieron que el género femenino diera cuenta de que podían y merecían mas. Entre estos el derecho al voto, la inserción de la mujer en actividades consideradas netamente masculinas, como la milicia, la policía, carreras de ingeniería, deportes como el futbol, altos puestos públicos como la presidencia, entre otras.

Ya por los años 70, se hicieron avances en la normativa de diferentes países. “Las leyes de igualdad de trato fueron eficaces en la lucha contra la discriminación directa, pero no suficientes para asegurar la igualdad real. Las políticas aparentemente neutras produjeron resultados sumamente diversos para hombres y para mujeres”. (Kideitu, 2007)

El periodo de los años 80, “se caracteriza por el impulso de políticas y programas basados en la aplicación de medidas positivas y específicas dirigidas a suprimir y prevenir la discriminación o compensar las desventajas que encuentran las mujeres en el mercado laboral”. (Kideitu, 2007)

 

Con todo, a finales del siglo pasado, algunas mujeres llegaron a ser conscientes de que no son menos que sus parejas, aunque este surgimiento solo es visible en los estratos socioeconómicos medio y altos de los grandes centros urbanos, observándose en las periferias y las zonas rurales un retraso en esta forma de pensamiento.

En la actualidad se han ido planteando y ejecutando bastantes proyectos con enfoque de género, a fin de gestionar resultados visibles para el género femenino. Una herramienta muy útil a la hora de formular un proyecto es el Análisis de Actores Involucrados con Enfoque de Género, que “tiene por objeto visibilizar a las mujeres y varones involucrados con el fin de crear las bases para la participación durante las etapas de preparación, ejecución y seguimiento del proyecto y ajustar los objetivos y actividades del proyecto o proceso a la realidad de hombres y mujeres y de pueblos y nacionalidades de las comunidades afectadas. Este análisis implica aclarar: los intereses y los roles de cada grupo de actores e identificar las consideraciones o brechas de género de los grupos involucrados en el proyecto”. (Dirección de Planificación e Inversión, 2011). Así, esta herramienta permite determinar los Roles e Intereses por género, como las brechas de género existentes.

Como menciona Kideitu, “las mujeres se incorporan ahora más tarde a la actividad y se retiran después, incrementando significativamente no sólo la intensidad de su participación en la actividad, sino su compromiso y dedicación a lo largo del tiempo”. (Kideitu, 2007). Esto implica que exista una reorganización en los papeles que el hombre y la mujer tienen en el hogar, asumiendo la mujer el periodo de “transición”. Además, los niveles de fecundidad han disminuido en estos sectores donde la mujer ocupa un papel laboral fuera del hogar, teniendo también el primer alumbramiento mas tarde.

Es así que los proyectos de desarrollo que planteamos los profesionales no deben estar dirigidos a generar más trabajo o mejores ingresos al género femenino. Mas por el contrario, se deben prever las consecuencias futuras que estos cambios pueden traer, debiendo considerar que la mujer no deja su papel de madre o jefa del hogar bajo ninguna circunstancia. Es decir, se deben considerar que no existan incrementos de tensión o estrés para las mujeres beneficiarias de estos proyectos.

Bibliografía
  • Dirección de Planificación e Inversión. (2011). Metodología de Transversalización. Quito, Ecuador: Ministerio del Ambiente.
  • Kideitu. (2007). Guía para la incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y formación. Araba, España: Emakunde/Instituto Vasco de la Mujer.
Imagenes:
  • https://www.muralesyvinilos.com/murales/p/muralesyvinilos_25213679__XXL.jpg
  • http://images.lagazzettadf.com/2015/02/mujer-trabajando.jpg
  • https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4gzx0K31g_VegV-uuCDsCb-CRu95BUdZS8FybzGAhnggbM-gkwDqm8bSqm3WTE9VJesPEuhfBCf0XXPIX83NU4i2EELT4Fk59uOxR562JhBqpW5IlZbIZukx5PCfCku0xfqL-IQne8_5Z/s1600/mujertrabajadora2.gif

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