por R. Soza
Se
puede atribuir al cambio que la Colonia europea en general produjo en nuestras
sociedades prehispánicas, el hecho de desigualdad en el poder hacia los
varones. En las culturas aymara, quechua, uru, es decir, en la cosmovisión
andina en general, el enfoque de género venia implícito en el chacha-warmi,
código que viene desde tiempos precolombinos. Se sabe quiénes fundaron Cuzco:
Mallku Qhapa y Mama Uqllu, una pareja, y de los que fundaron Bolivia, solo
sabemos el nombre del varón, Simón Bolívar, y su esposa es ignorada incluso en
círculos oficiales de la historia. Sabemos quién ha sido la pareja del mártir
Tupaq Katari, doña Bartolina Sisa, pero no sabemos quién habrá sido la
compañera de Antonio José de Sucre; sabemos quién era la esposa de Tupaq Amaru,
doña Micaela Bastidas, pero no sabemos quién era la compañera de Pedro Domingo
Murillo.
“La
agrupación feminista Mujeres Creando lanzó la consigna “no hay descolonización sin despatriarcalización”, interpretando de
este modo el proyecto gubernamental que centraba su acción y su proyecto de cambio
en ese propósito. Más adelante, algunos intelectuales alineados al proyecto
gubernamental se apropiaron de la consigna para darle su propia y particular
interpretación” (Ybarnegaray, 2012)
El
siguiente fragmento muestra la evolución del término “colonialismo”: “La idea
de colonialismo ha sido inicialmente trabajada y relacionada con la denuncia de
la sujeción de las colonias del continente americano respecto de la corona
española. Otros significados que históricamente ha ido teniendo son los que
tienen que ver con las relaciones de desigualdad y dominio de unos estados y
empresas respecto a otros estados. Y otro sentido que ha cobrado, y ahora se muestra
en un punto alto de desarrollo, es el del llamado “colonialismo interno”, es
decir, del predominio de una cultura sobre otra, de la supremacía de una
racionalidad, una institucionalidad y en general de un sistema social sobre otras
racionalidades y sistemas de reproducción de la vida social.” (Chávez, 2011) . También se dice que
los medios de colonización son “la invasión, las armas, la religión, la
educación, la ciencia, el arte, la medicina y el racismo como instrumento de
producción y reproducción de jerarquías, de opresión y explotación” (Fundación Colectivo
Cabildeo, 2012)
La
descolonización plantea “la necesidad de acceder a un mundo distinto al
moderno, pero esto no implica un retroceso a la pre-modernidad” (Ybarnegaray, 2012) . Esta es una
propuesta de países del tercer mundo, Bolivia entre ellos, que promueve valores
de igualdad y equidad, eliminando las jerarquías raciales, de género y clases
sociales y promueve también la recuperación de saberes, poniendo en duda los
conocimientos impuestos por los españoles.
El patriarcado
es “un orden (sistema) social que genera una forma de pensar cuyos mandatos
apuntan al dominio masculino y la subordinación femenina. La división sexual y
jerarquizada del trabajo y la familia monogámica patriarcal son el origen de la
opresión de la mujer en el capitalismo.” (Fundación Colectivo Cabildeo,
2012) .
Se refiere al postulado que indica que “los varones, por condición “natural”, están dotados de lo que se
requiere para asumir el mando sobre los demás, principio que constituye un
fundamento sustancial de las relaciones de poder” (Ybarnegaray, 2012) . Aunque este sistema
sea puesto en cuestionamiento, ya sea desde el punto de vista religioso,
filosófico o político, aún se mantiene vigente en nuestra sociedad.
Entonces,
en contraste con este mecanismo social, “la despatriarcalización es la
subversión del orden patriarcal a través del desmontaje del sistema de
dominación, subordinación, opresión y exclusión de las mujeres. Es desmontar
este orden fundado en la distribución desigual del poder entre hombres y
mujeres en la sociedad, la comunidad, la familia y el Estado. Es un proceso de
liberación, de emancipación del pensar, sentir y conocer de las mujeres.” (Fundación Colectivo Cabildeo,
2012) .
Asi
pues, el proceso de despatriarcalización se lograría a través de desestructurar
las relaciones de poder que jerarquizan las relaciones entre hombres y mujeres,
la eliminación de patrones y estereotipos discriminatorios, la redistribución
del trabajo doméstico y el reconocimiento de las mujeres como portavoces del
Vivir Bien. Este es el camino para despatriarcalizar nuestra sociedad, también
permitirá al Estado descolonizar el Estado mismo, y posteriormente descolonizar
nuestra sociedad, nuestra forma de pensar.
Bibliografía
- Chávez, P. (2011). Estado, descolonización y patriarcado. En P. Chávez, T. Quiroz, D. Mokranis, & M. Lugones, Despatriarcalizar para descolonizar la gestión pública (págs. 13-15). La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia.
- Fundación Colectivo Cabildeo. (2012). Descolonización y Despatriarcalización: Hacia la construcción del Vivir Bien. En Fundación Colectivo Cabildeo, Curso: Despatriarcalización, Descolonización, Políticas y PSG (págs. 12-22). La Paz: Fundación Colectivo Cabildeo.
- Ybarnegaray, J. (2012). Entre el discurso y la práctica: Dilemas de la despatriarcalización en el proceso de cambio. En C. d. Mujer, Mujeres en diálogo: Avaanzando hacia la despatriarcalización (págs. 143-164). La Paz: Editora Presencia.
Imágenes:
- http://singenerodedudas.com/wp-content/uploads/2013/10/nosepuededescolonizar_sin_despatriarcalizar.jpg
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